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Contribuisci feedbackEn la entrada pone un cartel que dice que tienen oferta para celiacos y lo primero que hacen es traer los cubiertos en la cesta de pan con gluten, mal empezamos... Las croquetas congeladas y el camarero me discutía que eran caseras. Nuggets congelados, nada de comida casera. Poca calidad y la camarera muy poco profesional, no sabía dónde acababa su terraza y empezaba la otra
Estuvimos comiendo unas raciones en familia y desde que llegamos, fue un auténtico desastre. La camarera estaba totalmente pérdida, no sabía ni dónde acababan las mesas de la terraza (nos preguntó a nosotros si la mesa de detrás era del mismo bar o del contiguo), se equivocó al traernos las bebidas, no sabía qué raciones de las que ofertaban tenían gluten y cuáles no (en la puerta, el bar se publicita como adaptado para celíacos)... Cuando por fin nos traen lo que habíamos pedido, vemos que tanto los nuggets de pollo como la croquetas caseras sin gluten son congeladas. Al terminar y preguntarnos si estaba todo bien, mi mujer le dijo al camarero que estábamos muy descontentos con la calidad, ya que eran productos congelados. Tras intentar argumentar que no, que las croquetas eran caseras, nos reconoció que efectivamente eran congeladas, así que no nos las cobró. Definitivamente, no volveremos.
Estuvimos el fin de semana, la atencion fue muy buena, pero cuando llegó el risotto estaba muy pasado.
La comida estaba en malas condiciones. La ensaladilla tenía sabor raro. Las patatas q acompañanan al lomo crudas.
Fuimos en familia a comer y la primera impresión fue excelente, el trato de los camareros fue fantástico: amables, rápidos, eficientes... El problema fue cuando llegó la comida: el menú del día (a 15,50€ los fines de semana . Un risotto con porciones de algo que estaba muy duro, aderezado con hierba que le daban un sabor bastante malo. De segundo, un entrecot, que, sinceramente, daba miedo verlo; era de color rosa (aun cocinado , estaba mal cortado, y con ese aspecto no lo pudimos comer. Venía acompañado de unas patatas no sé si cocidas o asadas, pero no estaban buenas. De postre unas natillas muy artificiales que tampoco acabamos. De menú infantil (7,50€ , pedimos espaguetis con un tomate que nos dijeron que era casero pero era mentira, a estas alturas sé reconocer el color y la textura de cualquier tomate frito envasado. De postre un helado de cucurucho de marca. En definitiva: no volveré jamás ni se lo recomendaría a nadie, por la comida. El trato de los camareros fue excelente, son encantadores, amables, serviciales y muy profesionales.