Valparaiso 2 - Valladolid

El arroz con bogavante deja mucho que desear, el sabor del posible fumé no corresponde con el marisco y el bogavante estaba totalmente vacío, en consecuencia nada que comer. La atención del servicio debería ser algo más profesional, y más enfocada a satisfacer a los comensales. Sinceramente mediocre.

Ya de primeras nos atendió un camarero que no tenía ganas ni de vivir, ni de estar allí… nos explicó el menú (que dejaba bastante que desear) y nos dijo que nos explicaba la carta, pero en ningún momento nos la dejó para que la pudiésemos ojear, medio obligando a coger el menú … en el grupo había gente vegetariana y las opciones eran poco más que inexistentes… La calidad de la comida fue sin más tirando a mal, el vino y el café, imbebibles… y además nos dejó claro que en el menú entraba agua, vino y gaseosa… ni 1 cerveza, ni 1 mísero refresco… Lo único que sé es que no vamos a volver nunca, y mucho menos lo vamos a recomendar…

Muy mal, menú con ensalada y cahopo de fiambre de lomo pero a mayores incluye cachito de anchoa metida en el lomo, que según el camarero lo hacen así, mal no fatal,

En la reserva preguntamos por menú vegetariano no hay menú vegetariano pero en el menú hay opciones vegetarianas una ensalada de burrata y un pastel de verduras como primeros las únicas opciones. Mi hija es alérgica al huevo, pues bien en el menú infantil no hay opciones sin huevo en el primer plato, así que nada, sin primero, en el segundo nos hacen el favor de hacer el pollo a la plancha en lugar de empanado. Para el postre pregunto por los alérgenos de los helados y la respuesta es no pretenderas ver todas las cajas no? Insistiendo puedo leer un par de helados y veo un cono que puede comer pero pagándolo a parte eso si, el menú le pagamos entero, eso lo dejaron claro desde el principio. De la amabilidad y educación en la respuesta de los camareros mejor no hablo. Todo lo que nos iban a ver por allí, ya nos han visto

Los dos menús infantiles que pedimos tenían filetes de pollo transparentes excesivamente rebozados. Además, pedimos seis menús de arroz con bogavante y no se entiende que nos correspondiese una sola botella de vino y dos botellas de agua del tiempo por todo. Finalmente, la atención pésima: poca educación de las camareras y servicio tardío. Lo único positivo fue el arroz con bogavante, que sí estaba bueno, pero tenemos claro que no vamos a volver.