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Contribuisci feedbackEntramos en el local a las 15:20h y después de unos minutos de espera sin recibir siquiera un vistazo de los camareros de la barra, nos preguntaron con poca amabilidad si íbamos a comer. Respondimos que sí y nos dijeron que la cocina acababa de cerrar, algo que estaban consultando con el jefe antes de atendernos. Salimos del establecimiento a las 15:27 y nos dirigimos a otro cercano (El Tropic), donde al entrar nos llevaron directamente a nuestra mesa y tomaron nuestra orden.
Platos muy completos y la comida estuvo riquísima. Los empleados son muy amables y simpáticos, siempre a la disposición del cliente. Y la comida llegó muy rápido,casi no tuvimos que esperar.
Toman más de una hora en servir la comida y, además, la traen incorrecta. La atención está llena de groserías y una educación deficiente constantemente.
Tienen un menú por 10€ con dos platos, bebida, postre y café. La comida no estaba rica, pero lo que motivó a esta valoración negativa fue encontrarse varios trozos de plástico en el helado. Tras comentárselo al personal, dijeron que los trozos eran de la tarrina donde viene el helado y que se le había roto. Aunque no fueron mal educados o descorteses con nosotros, sí que nos chocó que la explicación fuese dada con tanta naturalidad (como si eso fuese su día a día) y que no pidieron disculpas o tuviesen un detalle al cobrar por las molestias. Lo que está claro, es que no volveremos.
De tapa nos pusieron un muslito de pollo en salsa, pedí una servilleta (porque aunque sé que no se pueden poner servilleteros por el Coronavirus, tengo entendido que si las pides te dan) y el camarero empezó a decir a voces si es que yo no sabía qué ocurría en el país, que fuera a hospitales a ver la situación y a hacer comentarios irónicos con un tono elevado delante de todo el mundo, por lo que nos sentimos muy muy violentados. No me dio tiempo tan siquiera a explicarme, simplemente pedí una servilleta, por supuesto no quería que nadie hiciera nada que fuera en contra de las normas establecidas. Antes de la pedirle la cuenta ya trajo las vueltas a la vista de un billete que habíamos sacado, lo que entendimos como una invitación a irnos. Creo que fue todo un malentendido por parte de camarero, pero me sobró su actitud altanera y prepotente. Por último añadir que si no se pueden poner servilletas no pongan tapas que las requieran.