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Contribuisci feedbackComida estupenda, atención inmejorable y precio muy razonable en un entorno estupendo. No se puede pedir más.
Reservamos para comer entre semana ya que dispone de amplia terraza y nos gusta el paraje en el que está ubicado. La carta no es muy amplia, pero a priori es interesante. Nos llevamos cierta decepción cuando vimos que no disponían de algunos de los entrantes casualmente los más llamativos, las almejas y los txipis). Tampoco disponían ni de rodaballo ni de solomillo, lo que era más llamativo aún teniendo en cuenta que solo había tres pescados y tres carnes a elegir incluyendo estos platos. Finalmente comimos el revuelto de hongos y el pulpo como entrantes, y bacalao al pil pil y magret de segundo, todo para compartir. Los entrantes bastante bien, el pil pil bastante poco ligado y el magret lo mejor de todo. La sorpresa llegó en el postre cuando nos dijeron que tampoco había goxua parece que falló la balda de la nevera en la que estaban, o lo mismo se las llevo un pájaro, quién sabe). Los suplimos con un brownie realmente era tarta de chocolate) y tarta de queso. Todo por 38,50€/pax con agua). En resumen, una ubicación envidiable, buena atencion, y buena comida, aunque quizás algo caro teniendo en cuenta la relación calidad-precio, todo ello emborronado por las carencias en la carta.
Fuimos a probar, han cambiado varias veces de dueño. 2 adultos y 2 niñas. Decidimos probar el chuletón últimamente estamos yendo por la zona y vamos probando con cuál nos quedamos por calidad/precio). Empezamos con unas rabas y pulpo, estaban bien, el pulpo perfecto de picante, y las rabas en su punto. El chuletón, 1'6 kg, te lo ponen con el típico hornillo para que lo pongas a tu gusto. Realmente fue una sorpresa, estaba bastante bueno, con una cantidad de grasa adecuada, bien cortado quizás algo finas las lonchas para mi gusto, pero facilita la vida para los niños, así que bien). Para el precio que tienen, recomendable. Acabamos con unos helados caseros, que estaban muy buenos. A mejorar, el pan, no estaba mal, pero a una comida un buen pan le da ese puntito. Y quizás la ventilación del comedor, es un caserío viejo y el comedor tiene un pequeño olor a rancio, pero puedes comer en la terraza. El servicio bien, el comedor limpio, no es grande. No recomiendo el café, a mi no me gustó, pero eso es muy personal. El sitio es bonito, vivimos cerca, ha sido un descubrimiento, repetiremos.
Comimos al medio dia estuvo genial El entorno agradable Y LA ATENCION a sido buena Volveremos próximamente
Pedimos de entrantes: anchoas, mollejas, y hongos raciones muy pequeñas para compartir entre cuatro. Segundos platos: 3 solomillos, 1 de bacalao y chuleta, todo bien. Precio caro para el tamaño de las raciones.