Immagini
ContribuisciPrenota ora
Recensioni
Contribuisci feedbackEl lugar limpio impecable, el trato con los clientes fantástico, la comida muy buena, del postre cabe destacar el flan de calabaza exquisito (es lo que probé , mi acompañante tomó tarta de almendra y le encantó. ¡Enhorabuena Reyes y familia!
No tenían más que huevos rellenos y ensaladilla. La gente se estaba yendo porque no atendían ni tomaban nota. Nos fuimos sin poder cenar. Jamás me había ocurrido esto. Nefasto, pésimo.
Local muy escondido en una esquina de dos callejones peatonales y muy estrechos, pero muy cercal del centro. Cuando estás frente a la puerta es imposible que puedas imaginar lo que el interior esconde. De construcción rústica, conservando antiguos elementos o recuperándolos, un local con mucho encanto. El regente del local (Chema), muy atento, pendiente de los clientes y un gran conversador. Referente a la cocina, platos elaborados al momento, con gusto y buena materia prima. Las mesas atendidas por jovenes señoritas muy simpáticas y agradables. Es imprescindible probar el pulpo de roca braseado, los revueltos, y cualquier postre casero. El precio es más que razonable. ¡Quien prueba repite!
Comida poco elaborada y con poca gracia. Pasta con salsa con poco sabor, ensalada con poca calidad de producto, fresco era solo el tomate, eso sí, llena de aceitunas y productos de bote tipo remolacha, zanahoria o maíz. Atún a la plancha: atún congelado y además hecho a fuego lento, con lo que quedó duro y seco. El servicio: camarero atento aunque hablaba demasiado y nos interrumpió en varias ocasiones. Cuando llegamos el cocinero estaba voceando y gritándole al camarero. Nos atendieron pero oímos que gritaban que la comida aun no estaba preparada (si no está, no abras todavía... . Experiencia en general bastante deleznable. Era una comida de negocios de compromiso y salimos avergonzados. Para no volver.
Tardaron excesivamente en servir, primero los entrantes, y cuando llegó la cena ya se nos había ido hasta el hambre. Los niños desmayados y no tuvieron el detalle de servirles la cena primero. Cuando llegó la cena, la mayoría de los platos frios. No nos informaron que no quedaba esgarraet al pedirlo, sino al cabo de un buen rato de haberlo pedido. Pedimos otro entrante que nunca llegó a la mesa. Una cadena de despropósitos, que dan lugar a una total decepción, sobre todo cuando pones la expectativa de llevar a la familia que ha venido de visita desde lejos...al mejor restaurante del pueblo.