Bocateria Tribulet

Poca higiene. Nada recomnedable. Personal y dueña con aspecto de poca higiene personal. No invitaría a nadie de mi entorno a acudir y menos a comer

Mis compañeros de trabajo y yo buscábamos una opción cerca de nuestro centro para comer bien y rápido, pues disponemos de poco tiempo. Y la verdad que fue todo un acierto. Disponen de un amplio salón y cómoda terraza. La carta es bastante amplia y adaptada a todos los gustos. Personalmente, me decanté por una opción saludable de plato combinado de pollo y huevo a la plancha con ensalada.Las raciones son muy generosas y fue imposible terminarlo todo. El servicio muy amable y servicial durante la comida y también después. Trato directo, alegre y cercano. Una buena opción para comer en la zona sur de Castellón.

Cambio de dueños, y se acabo lo que era… el perdonal bastante profesional, las dueñas dejan muuuucho que desar, servicios lentos, malas formas, conros indebidos y mala educacion… con lo que era y no me veran mas el pelo por ahi… lamentable

Hemos ido más de una vez por proximidad y porque tenemos niños y al tener un pequeño parque de bolas permite que cenemos tranquilos. El sitio es muy amplio , está muy limpio y el trato de los camareros es muy profesional. La carta es bastante amplia en cuanto a tapas y bocadillos. Las gambas al ajillo están espectaculares. Los bocatas con el pan crujiente están buenísimos. Algún plato combinado también he probado y están muy completos. En cuanto al precio más que justo para la calidad del producto y cantidad servida. Muy asequible a cualquier bolsillo.

Ya he disfrutado de este lugar varias veces. Tiene una carta bastante amplia para tratarse un humilde bar. El paté con queso roquefort, el especial y las hamburguesas están muy buenas. Y que decir de las patatas tribulet, un majar aconsejable para todo aquel amante del queso (en cazuelita de barro). Las bravas y las croquetas pintan que son caseras. Lo que aseguro que es casero, puesto que lo pregunté es la tarta de queso...espectacular y nada de precongelado (que eso se nota a leguas). Tienen también bastante variedad en cuanto a la bebida. La atención es genial, son muy agradables y simpáticos y para no estar en una coctelería, te preparan el gintonic en la mesa con su cuchara para verter la tónica etc. Sin duda, para localizarse en una barriada, está muy bien. Añado que si vais acompañados de niños, el local está adaptado con un parque infantil bastante grande. Además, disfruté de este sitio durante la noche de Halloween y la decoración y el ambiente fué ideal. Conclusión: Sorprendente, cenar por unos 10 euros y con calidad y cantidad.