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Contribuisci feedbackMe complace poder cambiar mi crítica anterior sobre este lugar, ya que ha experimentado un cambio abismal desde el año pasado hasta ahora, para mejor, gracias a Dios. Dirigido por el matrimonio que gestiona el Bar Avenida, este lugar sirve a la piscina municipal. No podría haber un lugar mejor para tapear, almorzar y cenar en cualquier día caluroso de verano. El menú es el mismo de lunes a domingo con 10 primeros, 9 segundos y postre por 10€ al día y 12€ los fines de semana. El resto de la carta incluye raciones y platos combinados a precios muy asequibles con cantidades generosas. La comida es casera y está bien cocinada. El personal es joven, un poco inexperto (excepto la encargada), pero educado y con ganas de satisfacer, lo cual es lo más importante. La ubicación es inmejorable. Las medidas anti-covid son notablemente buenas. Limpian la mesa y la silla, incluidos los reposabrazos, que suelen olvidarse en muchos lugares.
Buen lugar para tomar algo con la familia, disfrutar de sol y de algunos baños en la piscina. El servicio del bar es satisfactorio, aunque pueden mejorar la atención y en la sugerencia de tapas. Personalmente, recomiendo los callos a la madrileña; ¡muy ricos! Los fines de semana es un acierto. Por cierto... ¡Buscan camarero/a!
Hemos ido un par de veces a comer cocido en fin de semana y está muy rico, bien servicio y barato. En este carnaval sin embargo habíamos encargado paella, nos llamaron para decir que no se podía y que teníamos que cambiar a cocido pero luego dos familias junto a nuestra mesa tenían paella. Nos pareció bastante mal.
Me da vergüenza reconocer que, a pesar de tener pocas opiniones este lugar, las últimas no tienen nada que ver con las primeras. Empezó siendo el mejor sitio de Cebreros para tapear y cenar. La cocina era buena, de la mano de Rondón. Pero en los años siguientes, ha ido deteriorándose cada vez más. El principal problema es la falta de personal. No sé si el responsable tiene demasiado trabajo con Rondón como para prestar atención a esto, o qué sucede... pero se genera un malestar terrible entre los habituales que quedamos del lugar. Este año, incluso se ha perdido el servicio de mesas, aunque es mejor así... para esperar media hora para todo, desde tomar nota, cobrarte, cambio, etc. Por poner algo positivo, la mejora de este año al hacer una terraza con vigas de madera y renovar las sombrillas ha sido muy buena. Me gustaría que esta crítica sirviera de algo constructivo y que el responsable se ponga las pilas para poder revertir esta y otras opiniones.
Buena comida pero el servicio es inefable. Los camareros hacen bromas inapropiadas, son muy lentos, el menú del día es repetitivo. Sin embargo, el brownie es buenísimo.