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Recensioni
Contribuisci feedbackUn restaurante y hotel rural decorado con mucho encanto, a solo un kilómetro del pueblo de Cercedilla, en la antigua calzada romana. El hotel, construido al estilo de las cabañas de montaña, cuenta con 6 habitaciones, y el restaurante tiene un comedor bastante amplio que se llena los fines de semana. Destacan los cogollos de Tudela, el foie de oca, la fabada asturiana, la merluza de pincho, el lenguado de roca y el entrecot de cebón con patatas a lo pobre. Los postres son 100% caseros, como el puding de manzana y la tarta de hojaldre. Tiene una agradable terraza para el verano, con un jardín muy bien cuidado con orquídeas de varias especies ¡a 1.400 metros de altura!
Conozco este restaurante desde 1961, año en el que llegué a Cercedilla, aunque no he ido muchas veces debido a sus precios más altos en el pueblo. Sin embargo, merece la pena visitarlo al menos una vez por su calidad y ubicación. Está ubicado en la carretera de las Dehesas, data de 1910 cuando era una Posada-Restaurante donde paraban pastores y montañeros. Su nombre proviene de los árboles frutales de sus huertas, ahora convertidas en maravillosas terrazas. Solemos pedir croquetas de jamón para empezar, consomé en invierno y trucha de sus propios viveros con salsa de jerez y jamón ibérico. La bodega es excelente, pero puede resultar costosa. Recomiendo reservar con antelación, especialmente en verano y los fines de semana.
Recomendable. El servicio es muy profesional y amable, y la comida es de calidad. El entorno es perfecto. Ideal para ir con niños cuando hace calor en la ciudad. El lugar está rodeado de árboles antiguos y hay un arroyo que atraviesa la finca (con una piscifactoría propia) y las mesas están distribuidas en diferentes niveles, todos a la sombra. En cuanto al precio, es razonable por lo que ofrece, hemos gastado menos de 40€ cada uno, aunque nadie ha pedido vino.
Recommend the very professional and pleasant service, and the quality of the food. the environment: a ten. ideal to go with children when the heat cracks in the city. the land is completely covered with very old trees, a stream crosses the estate (self-creation) and the tables are divided by different banks, all in the shade. regarding the price, reasonable for what it offers, we have gone to something less than 40€ each, although no one has ordered wine.
I have been meeting this restaurant since 1961, the year of my arrival on the edge, although the number of times I have gone is not excessive, perhaps because it is the one that has always kept the highest prices of the village, although it deserves to be visited at least once for its quality and situation packaged on the road of the dehesas, which dates from 1910 when it was a Posada-Restaurant where I say to eat the real jereo in order beer.