St. James - Comunidad de Madrid

LA CALIDAD Y EL ESMERO DE UN ESTABLECIMIENTO DE VERDAD QUE A LO LARGO DEL TIEMPO ES REFERENCIA DEL BUEN COMER EN ESPAÑA Y EN EL EXTRANJERO. R.B.

Arroceria de lujo en Madrid. El local con todas las comodidades manteles de algodón ultralimpios, camareros bien vestidos, trato exquisito...y con eso ya tienes la mitad de la factura. La otra mitad es para un arroz bueno, pero no espectacular. Ligeramente salado. El resto de los platos de buena calidad. Recomendable si tienes dinero para pagarlo. A mí me gustó.

Desde luego el recuerdo que tenía de venir con mi familia hace más de 30 años era correcto. Arroces espectaculares, atención como merece un local de su categoría y en su zona Producto fresco y de calidad. Y un buen precio Si un local permanece con fama por tanto tiempo, es que siguen haciendo las cosas bien

Arrocería de referencia en el Barrio de Salamanca. Los arroces estaban un poquito subidos de sal, pero aún así muy muy muy buenos. Para el arroz, es nuestro sitio de referencia en Madrid. El servicio,como siempre,muy bueno, pero tuvimos que pedir continuamente que nos trajeran más agua y 15 min para la cuenta. Se notaba el restaurante lleno, de lo cual hay que alegrarse. La ensaladilla de bacalao, no está a la altura.

Magnífica arrocería (más de 30 variedades de arroces), probamos su especialidad el arroz a banda (guarnición de pescado, patata y zanahoria en salsa) que estaba de escándalo sobretodo si lo acompañas de un buen vino, la tarta fina de manzana me faltan palabras para describirla, nos gusto muchísimo. También, ofrecen la posibilidad de comprar el Fumet y distintos tipos de caldos de paella que puedes pedir a domicilio. El restaurante tiene parking y respecto a la decoración del local destacar que disponen de un agradable terraza. El trato de los camareros fue correcto y cordial. No obstante, note cierta falta de personal que se acabo traduciendo en que tardaron demasiado en servir los platos y además tengo que añadir que el precio es algo excesivo bajo mi punto de vista. Aun así valió la pena volveremos a probar más arroces