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Contribuisci feedbackPara infortunio de los buenos tomadores de café como yo, Uruz Café ha cerrado sus puertas y traspasado su negocio a otros inversionistas que al parecer, plantean revivir el concepto de buen café en un contexto de mal o pésimo café industrial que nos ahoga en Cuernavaca. Son menos de diez establecimiento en la Ciudad de la Eterna Primavera que realmente se preocupan por servir un buen café a sus comensales sin que se afilen los dientes para sablear a sus clientes sirviéndoles pésimos cafés a precios ridículamente caros ( los afamados restaurantes de Cuernavaca presentan esta problemática). Los chilaquiles y los helados eran otro de los placeres gastronómicos que se podían degustar con la atención de sus jóvenes ex-dueños.
Lugar acogedor, bien ubicado y agradable para toda ocasión. Las porciones son de buen tamaño y la comida es exquisita, natural y fresca. Prueben las hamburguesas en todas las versiones (marinada con café, primavera con queso azul, hipster, bbq y veggie) son deliciosas al igual que las bebidas y demás productos. Hay que ir con tiempo ya que todos los alimentos y bebidas son preparados al momento y el tiempo de preparación puede variar. La atención es genial y personalizada por sus propietarios Alejandro y Alma. Son Petfriendly y apoyan mucho al productor local, organizando mensualmente un mercado regional de productos artesanales de la zona y utilzando de los mismos productores para la producción de los alimentos. Una experiencia bastante placentera.