Nou Royalty - Cullera

Pequeño restaurante en el espacio, pero grande en calidad, en un tazón es difícil encontrar algo similar, restaurante para los amantes de la gastronomía. producto, elaboración, gusto, carta con sentido, tenían el detalle de individualizar los platos ya que no estaba muy abarrotado cuando fuimos, repetiremos sin ninguna duda porque nos hemos quedado mucho para probar, ¡repetiremos sin duda!

Mercado y cocina mediterránea. Restaurante familiar, cercano y de alta calidad. Lo encontramos porque queríamos escapar de los típicos lugares turísticos frente a la playa, donde pagas mucho y comes mal. La comida era excelente, habría tomado más fotos, pero me comí todo antes de darme cuenta. En cuanto a los postres, recomiendo encarecidamente el pastel de queso. El lugar es súper encantador y los propietarios son muy amables. Si volvemos a la brida, definitivamente repetiremos.

100% recomendado. Todo es exquisito, tanto la comida como el trato al cliente. La atmósfera es muy agradable, tanto dentro del local como en la terraza. No sabría decir qué plato es el mejor, porque tanto el ventrículo de atún, el pulpo, el lomo de angus como la carrillera de ternera son deliciosos; pero el arroz de senyoret seco a la llauna es espectacular.

Este pequeño local nos ofrece una carta corta pero repleta de sabor en la que se nota la ilusión y dedicación que el Chef pone en cada receta. Comenzamos muy bien con una ensalada de frutos rojos y un salmorejo con sardina ahumada, y poco a poco fuimos mejorando con los principales (Risotto y carrilleras); hasta terminar de una forma fabulosa con los postres, donde nos deleitamos con una pannacota super delicada y una tarta de regañá. Todo regado con un verdejo y finalizando con cafés y chupito. El Chef, Gerard, nos atendió con suma excelencia y se preocupó por que todo estuviese de nuestro agrado. Os recomiendo que os dejeis aconsejar por él aunque dudo que haya algun plato que no os guste. Productos frescos y cocinados a la perfección que combinan de forma equilibrada mejorando cada ingrediente y potenciando su sabor. Pagamos 77 euros (2p) por una perfecta comida en la que todo estuvo a otro nivel.

Un pequeño local que ofrece grandes experiencias gastronómicas. Nada mas entrar se aprecia la calidez con la que nos quieren recibir. Dentro, te sientas en una de las 6 mesas que hay mientras tomas un aperitivo. Hay apenas lugar para 12 personas. No hay carta, ni de vinos. Toca esperar a que el Chef Gerard te presente la sugerencia de platos del dia. A partir de ahi, todo es un no parar. El servicio es exquisito, siempre atento, con la sutileza de quien sabe llevar una sala. Y ver trabajar a Gerard es toda una gozada, prepara ante los comensales, casi como un prestidigitador, los platos de la comanda. Todo está buenísimo y servido sin ningún error. El precio entre 30€ 60€ pax., según bebida, postres, licores, aunque me pareció bastante comedido para la cantidad y calidad de lo que tomamos. El interior no es recomendable para familias con niños, aunque fuera dispone de servicio de terraza donde se puede dejar jugar a los niños en la plaza del mercado.