Manos Morenas

Hice caso omiso a las opiniones pese a que las leí, pensé que podría haber cambiado algo, y así me fue, sobre vendido el restaurante agregaban mesas en el ingreso al patio, gente esperando, parados, música insoportable d un mismo grupo, , mala organización de los mozos, la comida no tiene los sabores peruanos que pregonan, pedí una bebida que nunca me trajeron a 3 mozos distintos, gente que se iba Indignada y sin pagar, en fin, bochorno, increíble pero real, está adentro de un hotel de renombre y este establecimiento gastronómico lo empaña, pienso que el restaurante subsiste por eso, porque uno va para probar, y saben que no vas a volver nunca más...

Que lastima tener un local tan hermoso y no cumplir con las expectativas gastronomicas de la comida peruana. Los platos se ven muy bien servidos pero el sabor no es bueno y los precios son elevadisimos.

Abre solo en temporada de verano, lo cual pienso no llega a satisfacer las necesidades de los clientes.El pisco sour no es como si se tomara en Peru.La carta no ofrece una variedad de comidas de mar.La atencion no es de lo mejor, esta es la tercera vez que vamos con mi familia y no ha mejorado en absoluto.

Se sabe que la cocina peruana trasciende fronteras y se refleja con exclusivos resto en distintos lugares del mundo.Quien no conozca la esencia de esta cocina y se someta a la experiencia no tendrá grises para con su opinion, fascina o desencanta sin términos medios. En lo personal no soy amante de ese tipo de cocina, pero reconozco que el resto es excelente, desde la atención a la integración con el patio del hotel que lo contiene.Recomiendo las empanadas de ave y aji, simplemente excelentes.

Cuando llegamos estuvimos parados por unos 10 o 15 minutos sin que nadie se acercara a recibirnos. Luego de ese tiempo me acerque a unos de los empleados de la barra para decirles que teníamos reserva y si por favor nos podían ubicar. La música tan fuerte que no pudimos mantener una pequeña conversación si no era a los gritos. Pedimos un vino rosé y al rato nos dicen que no les quedaba. Pedimos otro vino rose y nos dijeron que no les quedaba ningún rose. Pedimos un vino blanco (todos vinos que estaban en su carta de vinos) tampoco lo tenían. Decidimos tomar cualquiera que tuvieran. La comida demoró 1 hora 25 minutos en llegar. Ni siquiera pusieron un poco de pan como para entretenernos. Los mozos sin experiencia. Los platos peruanos típicos no están bien elaborados. Realmente una desilusión. No volvería ni lo recomendaría.