Carlos - Elx

GRAN ESTAFA!!! Le pongo una estrella porque no me deja ponerle en negativo. 94€ Menú de nochevieja, comida escasa no, lo siguiente, raciones enanas y una gamba por cabeza, donde se ha visto eso, he estado en otros restaurantes en nochevieja que por menos dinero te hinchas a comer. Me habían comentado que este restaurante pecaba de eso, pero quisimos darle una oportunidad y puedo corroborar que es cierto lo que me dijeron. Así que si queréis pasar hambre y poneros ciegos a beber porque es lo único que había ilimitado este es vuestro restaurante. A mi ya no me ven mas el pelo.

Muy bueno el arroz a banda con tropezones que hemos pedido . El resto de lo que hemos pedido también ha estado muy bueno . El servicio ha sido muy amable y eficaz , Sigue siendo un sirio de referencia en Elche para comer arroz

Me sumo a las críticas anteriores en lo que respecta al arroz a banda; es un arroz tremendamente insípido, le falta potencia al fumé y esto hace que el arroz no tenga sabor alguno. Si el arroz nos decepcionó, no pasó lo mismo con unos buenísimos calamares a la romana y una parrillada de verduras. Lo mejor el postre, una buenísima tarta de almendra.

El restaurante tiene varios salones, terrazas, en general esta muy bien de presencia. Los camareros que nos atendieron muy correctos y siempre respondieron perfectamente a nuestras peticiones. En cuanto a la comida, los entrantes estaban correctos, destacando los calamares. La decepción fue el plato principal, pedimos arroz a banda y no había quien se lo comiera, crudo, insípido...lo arreglo el postre una tarta de almendra que estaba estupenda.

La Gastronomía Ilicitana, arraigada en la rica tradición culinaria de Elche, se distingue por sus sabores auténticos y su dedicación e ingredientes frescos. En el corazón de esta experiencia gastronómica se encuentra el apreciado arroz a leña con conejo, plato que fusiona la destreza culinaria con la pasión por los sabores locales. El restaurante Carlos en la Hoya hace merecedor de elevar la cocina tradicional ilicitana al olimpo de la maestría de la danza del fuego y la leña, creando una sinfonía de aromas que envuelve el proceso de cocinar este exquisito arroz. Tan solo tengo un pero a este alarde del baile culinario. Los entrantes son mínimos para cuatro personas y eso es un serio motivo para no poder saborear otros platos. Directamente, tenemos que ir al arroz. Este restaurante tiene que pensar que las parejas existen y que en el arte culinario no existe la imposición numérica. Por lo tanto, un sobresaliente en los arroces y un suspenso en los entrantes por la imposición de sus raciones a un mínimo de cuatro comensales. @josejuanraymundo