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Contribuisci feedbackMe encanta vivir en Guanajuato porque puedo salir a la calle y encontrar kilos y kilos de vegetales por todos lados. Sería triste pensar que en México no tenemos abundancia, ¡hay mucha!, aunque a veces esté derrochada o desequilibrada. El chiste es que los paisajes de esta ciudad están llenos de los puestos de comida que hay cuando caminas. No puedes pensar un panorama guanajuatense sin un señor vendiendo fruta, habas, arándanos y lo que se ofrezca. Sobre todo la calle Alhóndiga hasta llegar al monumento del mismo nombre y desembocando en el pasaje 5 de mayo están repletos de canastones de pan, tacos, fresas que salen de la nada, té de limón fresco, pila de guayabas a 5 pesos, flores, nopales y un resto por no decir un titipuchal de colores y olores. A eso le llamo una ciudad o pueblo mexicano. Así que frente a la Alhóndiga justo en un rinconcito con un árbol podrás ver a por lo menos cuatro o cinco señoras que tienen sus sombrillas y ofrecen lo necesario para armar la comida del día. Nopales cortados para llevar, cebollas, calabaza, cilantro, granos, maíz revantado o para pozole (luego medio difícil de conseguir), elotes tiernos, miel virgen, tortillas azules hechas mano... ¡Ay! un suspiro... La utilidad es que en muchos casos ya te dan picado el jitomate, la cebolla y los nopales nomás para llegar a casa y hacerlos. ¡Otra vez! casi todo está a 10 pesos como precio estándar en la mayoría de los productos. Pero debes ir entre las 11 y las 4 de la tarde sino se acaba todo o ya no las encontrarás. También de paso hay un puesto de cubetas con guisados que venden arroz y demás cosas desde 5 pesos la bolsita. Nunca lo he probado y no sé si podría recomendarlo pero ahí está el dato, ¡ahí está detalle!