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Contribuisci feedbackThe day we were walking through the old ham, the historic center of the ham, we decided to stop eating the typical cheese ham and pizza that they sell on the windows (our favorite street dish) and we searched for a restaurant to eat. We were on the bishop street, one of the main pedestrian streets of the old town, and there we went to the Caribbean restaurant, a small place located in the number 408 very close to the convent of St. Teresa we decided to enter for the prices, with a very economic letter to be in the place where it is and because, in addition, it could be paid in national currency, the coup. to eat we carved so we ordered pork burgers with banana fried for only 1€ (in return) each. took a bit to serve them but the wait was worth it. The burgers were pretty big and rich, yes, if you want well done, you have to warn them as if not, they do them to the point. along with the burger, we served with different sauces, something we hadn't seen yet. To drink some natural fruit juices, very rich also the inside of the restaurant surprised us with several sculptures by anonymous artists who listen to the local as an art gallery. the staff who attended us was also good and was very kind and kind at all times. against the restaurant has no air conditioning and the bathroom we find it a small but good, insignificant details that were compensated with everything else here we leave the full account of our passage through the hamlet
El día que estuvimos paseando por La Habana Vieja, el centro histórico de La Habana, decidimos dejar de comer la típica pizza de jamón y queso que venden en las ventanitas (nuestro plato callejero favorito y buscamos un restaurante donde comer. Estábamos en la calle Obispo, una de las principales calles peatonales del casco antiguo, y allí dimos con el restaurante La Caribeña, un pequeño local situado en el número 408 muy cerca del convento de Santa Teresa. Decidimos entrar por los precios, con una carta muy económica por estar en el lugar donde está y porque, además, se podía pagar en moneda nacional, el CUP. Para comer nos apetecía carne así que pedimos hamburguesas de cerdo con plátano frito por solo 1€ (al cambio cada una. Tardaron un poquito en servirlas pero la espera valió la pena. Las hamburguesas eran bastante grandes y estaban ricas, eso sí, si se quieren bien hechas hay que avisar ya que si no, las hacen al punto. Junto con la hamburguesa también nos sirvieron distintas salsas, algo que todavía no habíamos visto. Para beber pedimos unos jugos naturales de frutas, muy ricos también. El interior del restaurante nos sorprendió con varias esculturas de artistas anónimos que usan el local como galería de arte. El personal que nos atendió también estuvo bien y fueron muy amables y simpáticos en todo momento. Por contra el restaurant no cuenta con aire acondicionado y el baño lo encontramos un poco pequeño pero bueno, detalles insignificantes que fueron compensados con todo lo demás ; Aquí te dejamos el relato completo de nuestro paso por La Habana :