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Contribuisci feedbackNo entiendo las buenas críticas, es lo que se llama una tomadura de pelo . El local es salido del cuéntame y eso te hace pensar (no sé por qué que quizás en la cocina esté la típica señora cocinando con mimo y esmero los típicos platos de la cocina de toda la vida, bueno...pues va a ser que no. La tortilla de patatas con la patata cruda, está claro que la cocinera/o no sabía cómo hacer una tortilla, ahí ya empezamos mal. Las patatas que acompañan los platos, ¡patatas congeladas!!!!, el famoso cachopo, sin pena ni gloria, nada destacable, la nata que acompañaba a los postres, ¡nata chantillí, la de oferta!!!. Lo peor no es la mediocridad de la cocina, lo ofensivo es el precio. Nos cobraron por raciones mediocres, en calidad y tamaño, como si estuviéramos en un restaurante de alta cocina, para que os hagáis una idea, nos cobraron 20€ por una botella de vino que, casualidades de la vida, yo había comprado esa misma mañana en el Carrefour por 3€, sí, claramente no vale lo que nos cobraron por mucho margen que apliquen. Está claro que han querido hacer el agosto en pleno febrero, ¡no quiero pensar los sablazos que dará en plena temporada! Si quieres comer bien a un precio justo, este no es el sitio, de aquí te vas con la sensación de me la acaban de meter doblada
Fuimos un grupo de amigos a comer y aunque tardaron un poco en tomarnos nota luego sacaron todo con bastante rapidez. El pisto manchego es sin duda excepcional, el único pero es que pusieran un huevo en vez de dos, delicioso. 10€ Las migas bastante normalitas, poca chicha e incluso se echaron de menos unas uvitas. 8€ El churrasco es cierto que lo pedimos hecho pero lo trajeron quemado, cuatro trozos mal cortados y pasadísimo de sal. Tampoco lo pediría otra vez. 12€ Las bebidas son un poco caras, solo dan tercios de cerveza de marca Calatrava y te clavan 4,50€ por cada una, la botella de agua grande 3€ y refrescos 2,50€ CONCLUSIÓN: Merece la pena ir aposta; no, que vas por la carretera y te puedes desviar y terminas en este sitio; mal no vas a comer. Pero veo algunas cosas un poco pasadas de precio. Recomiendo ciegamente pedir el pisto. Pues eso, a comer que se enfría.
La comida esta rica y eso es lo que mas me importa en un restaurante, no el suelo o si esta reformado, evidentemente no es un sitio elegante. La pega que le pongo es que la parrillada es muy grande y siendo dos, quizas deberian tener la opcion demas raciones de algunas carnes a la parilla o de medias parrilladas.
Lo primero que percibes al entrar es que necesita una buena reforma,muchos años desde que lo hicieron, un terrazo en el suelo que ya no encuentras en ningún sitio, quizá por eso la comida me desmerecio un poco,no estaba mal pero no la disfruté mucho por el ambiente del sitio en sí. Eso sí, los precios si que están actualizados.
Restaurante cerca del bonito pueblo guadalajareño de Horche.Su dueño , Pepin,nos recibe amable y profesional. El restaurante es acogedor ,con su chimenea y objetos antiguos colgados de las paredes,como las viejas lecheras, pesas y farolas. Nos cuentan que el restaurante empezó como un merendero al borde del camino. La comida muy rica y los precios ajustados.