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Contribuisci feedbackEl restaurante esta ubicado en la planta baja de la Hospederia Hurdes Reales. Tiene un hermoso y bonito salón con unas bonitas vistas. Disponen de un menu diario a 18 euros y otro gastronomico a 35, también se puede comer a la carta. Estuvimos cenando las noches que estuvimos alojados en la Hospederia, disfrutando de su cocina tradicional con toques innovadores y una bonita presentación de los platos. De entre ellos, destacaria la ensalada templada de ave de corral con emulsión de escabeche, el timbal de verduras crujientes con vinagreta de frutos secos, las carrilleras de cerdo estofadas al estilo tradicional y el bacalao gratinado con ali-oli sobre salsa vizcaina, entre otros. En postres el pastel de queso o la sopa de piña con helado de mandarina, muy ricos. El servicio muy atento y cordial.
Local agradable y tranquilo, carta correcta, buena cocina, servicio amable y relación calidad/precio muy aceptable.
A pesar de ser una noche muy ocupada debido a que el restaurante estaba lleno, cumplieron con nuestras expectativas al ofrecernos platos típicos de la región, bien elaborados y presentados de manera excelente: carnes, ibéricos, ensalada cítrica y deliciosos postres satisfacen las necesidades culinarias de los comensales experimentados. Además de la carta, ofrecen un menú de 15 euros perfecto para aquellos con un presupuesto más ajustado, ya que muchos platos son los mismos que los de la carta. El buffet de desayuno también es muy completo. El personal siempre está atento a las necesidades de los clientes.
El servicio del personal es excelente. La comida es buena. Es un lugar tranquilo para aquellos que quieran disfrutar de las Hurdes.
Parece increíble que una hospedería cómo las Hurdes reales disponga de un restaurante tan malo. El menú no es caro pero no es bueno dispones de 4 platos para elegir. De primero pedimos una ensalada de setas confitadas (ración muy escasa y las setas o no estaban confitadas o estaban tan mal confitadas que no tenía sabor). En mi caso, de primero pedi la crema de hongos y tampoco fue de mi agrado. No estaba mala, pero parecía una sopa de verduras corriente con cierto sabor a champiñones de cultivo. De segundo dos trozos de pluma ¿Ibérica? que era todo grasa. Mi bacalao no le esperaba salvaje, pero en muchos sitios lo acompañan con ingredientes que hacen el plato delicioso y este no fue el caso. De postre una copa de helados no caseros y mi marido un arroz con leche cuyo aspecto ya era vergonzoso por un lado la leche y por otro el arroz. Me hubiera gustado ver a chicote en la cocina.... El servicio mejorable, no así el de la Hospederia cuyo personal fueron sumamente amables y dispuestos hacer nuestra estancia lo más grata posible.