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Contribuisci feedbackA mucha gente le sorprende encontrar esta otra Diabla, que es mucho mejor que la que está en el centro, y que es más conocida por todos. Las instalaciones de la Diabla Marfil son más cómodas. Las botanas, como en cualquier otro botanero, se ponen más consistentes conforme uno consume más rondas de tragos o de cerveza. Empiezas con frituras o churros son salsa, después fruta picada, tacos dorados, chalupitas o tostadas con algún guiso. Pero el chiste del lugar está más en el ambiente, que es ideal para grupos grandes de amigos. Por ejemplo, puedes pedir cubetas de cervezas con promociones o unos tanques, que traen cerveza por litros. Además, tiene estacionamiento y está ubicado frente a la Presa de los Santos, en medio de varios restaurantes y bares.
Hay ocasiones en la vida, en que es necesario visitar un botanero sí o sí. Por celebración de algún evento importante, por amor o desamor, o lo que sea, pero terminas diciendo, salud. Éste es muy popular, y casi todas las noches se puede ver, la interminable lista de bebedores anónimos acudiendo a este bar que entre cerveza y cerveza, te consiente con ricas botanas casi buffete. La diabla cuenta con mucho espacio disponible para grupos grandes o medianos, e incluso para los que ponen de pretexto a los niños, cuenta con un enorme brincolín, para que se distraigan los pequeños, en lo que papi y mami se embriagan tranquilamente.
Solo he ido a una vez a esté bar botanero, fuimos mi prima y yo, debo decir que estaba pasando por una decepción amorosa y como siempre la familia te tiende la mano en esos momentos difíciles, me llevó a ahogar las penas, cuando llegamos pedimos un misil de cerveza, ¡sí! Uno de esos enormes dispensadores de cerveza que parece que nunca se van a terminar, pero cuando menos lo piensas se ha esfumado o evaporado, pensándolo bien. Mientras empezábamos con la tarea de terminarnos esos casi tres litros entre los dos, nos sirvieron botana, eran unos tacos dorados que me supieron a gloria, después unas tostadas con cueritos y cuando me di cuenta el depósito estaba vacío, así que ordenamos el segundo, creí que la botana se había terminado, pero el mesero nos llevó unos burritos, que nunca supe de qué eran porque en ese momento me llegaron las ganas de ir al baño, así que fui corriendo y cuando regresé mi prima estaba tan borracha que le había regalado nuestros burritos a unos indefensos perros callejeros y aunque sé que ellos los disfrutaron más que yo he querido regresar para probarlos.
La botana esta comible y si llenas.
Barato, pero no muy bueno.