Lola Cafe - Monesterio

Estábamos de paso por Menesterio camino a Sevilla y decidimos parar a tomar un café. Recibimos un servicio muy atento. Me encantó la decoración y además pudimos conversar brevemente con el chico que nos atendió sobre las bandas de rock locales.

Pedimos 1 jarra de cerveza y una radler. De aperitivo, altramuces con aceitunas. Después, nos ofrecieron en la mesa un pincho de patatas bravas de forma gratuita, así que al final decidimos quedarnos a comer y pedimos otra jarra de cerveza y otra radler, media ración de croquetas de cocido y un bocadillo de jamón. A diferencia de otros comentarios que he leído, mi bocadillo de jamón estaba muy bien relleno de jamón ibérico, se podía notar que la calidad era excelente ya que estaba delicioso. No aceptaban tarjetas de crédito (y en el pueblo no hay Banco Santander). También venden billetes de autobús para ir a Sevilla (salen más baratos que si se compran en línea).

Um bar muito simpático localizado na rua principal da cidade e próprio para tomar uma bebida acompanhada de uma boa tapa de presunto local (espectacular: bellota ó pata negra), ou de outra natureza. Os preços são em conta e o atendimento muito agradável (o dono é um bom conversador) Nesta localidade encontram-se à venda presuntos e enchidos em loja sim, loja não; os preços variam de €15 a €30 Kg. A 15 minutos situa-se um mosteiro muito antigo que deve ser visitado (ex-libris da terra).

Entramos a desayunas y para empezar sin servicio en la mesa, el chico limpiando platos y desde la barra nos pregunta que queremos, y que tienes? , bueno pedimos unos cafés y un zumo café malo y unas tostadas con jamón, el pan estaba bueno, pero solo cuatro trocitos de jamón sin nada más y que no cubren el pan, le pedimos un poco de tomate y no tiene, el aceite con ajo, las mesas altas e incómodas o te sientas en un sofá, pésimo

Lo que más molesta es cuando a todos los clientes (supongo que del pueblo) les sirven la tapa con la consumición, y justo delante de ti, si no lo veo no me hubiera molestado ni habría opinado. ¡Pues vaya, qué cutrez!