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Contribuisci feedbackUn restaurante al que vamos siempre que estamos por esa zona. Un sitio casero, donde Carmela y su marido son súper cercanos. Hay que ir con reserva, ya que cuando llamas te pregunta que deseas comer. El arroz con bogavante es uno de los platos estrella de Carmela, meloso y súper rico. No hay que dejar atrás el resto de platos, ya que es todo fresco comprado en el día. Un sitio al que volver sin ninguna duda. Service: Dine in
Muy buen servicio, pedimos el arroz con bogavante para 2 personas acompañado de vino de la casa y agua, no hizo falta nada más y de postre tarta de queso con 2 cafés de pota. Salió la cocinera a saludar lo cual nos pareció muy grato. Ambiente familiar, trato cercano. Bastante recomendable. Todo por 73 euros, juzguen ustedes. Nos ha encantado. Importante reservar, al momento de llamar se hace el pedido para que lo tengan listo.
A tener en cuenta: 1)Recordad llamar con antelación y os preguntarán qué vais a querer comer. 2) Llevad efectivo encima! 3) Ojo con los coches grandes en esta pequeña aldea! Con esto superado, disfrutad del marisco gallego! Ah! Glamour 0, pero el trato cercano y la experiencia gastronómica lo compensan. Service: Dine in Meal type: Lunch
Restaurant humilde, con 6 mesas y ubicado en un pueblo, lo que lo convierte en un pequeño laberinto, pero divertido de explorar. Carmela ofrece una cocina totalmente casera y de la tierra. Te preguntan, al hacer la reserva, qué te gustaría comer para poder prepararlo, con mariscos y pescados más frescos que eso, ¡imposible! Las almejas, el pescado al gallego (sargo y merluza) son para elegir, y los postres no podrían ser mejores. El precio, con un barbero de casa, es muy bueno para la calidad ofrecida. Carmela y su marido son muy atentos y cercanos. ¡Excelente!
Descubrimos una casa de Carmela por casualidad, ya que no tiene presencia en internet ni en redes sociales. Subimos de Finisterre a A Coruña y, mirando posibles lugares para parar a comer, vimos que tenía muy buenas críticas, así que llamamos la misma mañana (era diciembre; en verano es imposible hacer reservas para el mismo día). Carmela contestó el teléfono y me preguntó qué queríamos comer, ya que su marido va a comprar a los pescadores la comida que desean los comensales. Fuimos dos y pedimos centollo, pulpo y almejas, todo un 10. ¡Qué sorpresa encontrar un lugar tan genuino, tan tradicional, tan pequeño (solo seis mesas), tan alejado de la globalización a la que estamos acostumbrados, en un pueblo llamado Merexos, cerca de Muxía! Quiero enfatizar que Carmela y su marido son personas encantadoras y cercanas, realmente muy buenas. Y el precio, ¡inmejorable! 29 € con dos copas de vino, agua, pan y postre. Por último, hay que tener en cuenta dos cosas: ellos no aceptan pagos con tarjeta y hay que buscar bastante para aparcar. ¡Calidad pura!
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