Immagini
ContribuisciPrenota ora
Recensioni
Contribuisci feedbackAmabilidad camarera preocupándose potito bebé no estuviera muy caliente en microondas. Baños limpísimos. Veníamos de paso pero siempre q pase por allí procuraré parar
No me puedo decir nada bueno de este bar-restaurante de carretera. Es la primera vez que paro volviendo de Madrid pero no repetiré jamás. Es un restaurante antiguo y sucio, y lo peor el servicio y la camarera maleducada y prepotente. En la zona de bar hay algunas mesas para comer un bocata rápido, raciones, café....y cruzando la puerta el restaurante con menú. No queríamos demorarnos mucho así que pedimos unos bocatas de tortilla de patata y bebidas para comer en el bar. El pan bastante seco, la tortilla escasa e insípida. Fuimos a la barra a pedir un cortado y sin servirnos nos plantó la cuenta delante de malas maneras, estaba entrando gente y no quedaban mesas. El cortado lo puso negro sin leche, le pedimos por favor un chorrito de leche y de malas manera nos sirvió diciendo que el cortado era así. Eso era un café solo, no un cortado. Le vimos actitudes bastante desagradables con otros clientes, malas contestaciones. La limpieza que hacía en las mesas que se desocupaban dejaba mucho que desear. Resumiendo, que no tienen nada por lo que merezca la pena ir.
Bocadillos, platos combinados y menú del día. Los bocadillos aceptables, aunque caros para lo que ofrecen. Pocas mesas, local anticuado. Los baños son los de la gasolinera, muy guarros. Lo peor: gente consumiendo en barra sin mascarilla (prohibido por el Covid), servilleteros de papel en las mesas, mesas sin distancia de seguridad... Para no volver.
El trato de los profesionales muy malo, rozando la mala educación. Los huevos a la flamenca picantes hasta el punto de no poder comerlos. Se lo comentamos a la camarera y su respuesta fue: Pues yo los he comido y no me han picado .
Horrible la comida, además de quejarnos del estado de los alimentos y no poderlo comer nos han cobrado el menú íntegro. Muy mala la comida, nada recomendable. Paramos porque hemos parado otras veces y hemos comido bien, pero han debido de cambiar los dueños y todo pésimo.