Anoa Santanyi

¡Comida deliciosa! Experimente la verdadera hospitalidad no solo de los propietarios sino de todo el personal. Todo fue perfecto, comenzó con un hermoso jamón, tomates con burrata y salsa de atún. Se sirvió un delicioso pan casero. Luego uno de los clásicos, atún con costra de sésamo, con pak choi sobre una cama de risotto con un poco de salsa teriyaki. Felicitaciones al chef, el atún estaba perfectamente cocinado y maravillosamente rosado. La pasta con gambas también estaba muy rica. Entre medias recibimos un gazpacchio, creo que con zanahoria, naranja y jengibre. Un agradable y refrescante extra de la casa, ubicada en una hermosa plaza. Los postres remataron, especialmente la lasaña con helado de vainilla y algunos frutos rojos que destacaron en estructura y sabor. Una gota de aceite de semilla de calabaza le dio a este platillo ese toque que lo hacía especial. Disfrutamos de los platos y la hospitalidad. En resumen, probablemente puedas encontrar la mejor comida en las afueras del centro turístico de este pueblo, que sigue siendo auténtico para los estándares mallorquines. El propietario dijo que tienen una gran base de clientes habituales, entiendo por qué.

Este es un lugar increíble para comer. Los propietarios y todo el personal fueron muy amables y la comida fue absolutamente increíble. Si volvemos a visitar Santanyí volveremos al 100%.

La comida fue sencillamente fantástica. Sólo fue superado por el cálido y excelente servicio. Estamos encantados y volveremos.

Sitio precioso. Atención magnífica tanto por camareros cómo por dueños del rte. Tuvieron atenciones que no habíamos visto antes en una isla tan abarrotada de turismo normalmente que quizás se descuida el trato al cliente) tanto con nosotros invitación a chupito tras el postre) como con nuestro hijo gominolas tras la cena, pinturas y un dibujo para colorear) La cena rica pero le falta algo de sabor, quizás simplemente algo de sal. Precio de vino/licores algo elevado. Por la zona es de lo mejor aunque no nuestro favorito pero repetiríamos sin duda.

Sitio precioso. Atención magnífica tanto por camareros cómo por dueños del rte. Tuvieron atenciones que no habíamos visto antes en una isla tan abarrotada de turismo normalmente que quizás se descuida el trato al cliente) tanto con nosotros invitación a chupito tras el postre) como con nuestro hijo gominolas tras la cena, pinturas y un dibujo para colorear) La cena rica pero le falta algo de sabor. Quizás simplemente algo de sal. Precio de vino/licores algo elevado. Por la zona es de lo mejor aunque no nuestro favorito pero repetiríamos sin duda.