Immagini
ContribuisciPrenota ora
Recensioni
Contribuisci feedbackEstuvimos el sábado comiendo , el local muy espacioso y bonito, el menú muy rico y de calidad . El propietario muy amable. Lo recomendamos
Un restaurante difícil de llegar si no lo conoces o, cómo en nuestro caso, si no te lo recomienda alguien. Trato súper amable. Todo muy limpio y acogedor. La cocina de primera. Tomamos una crema de setas con lascas de parmesano que era una delicia. Los postres merecen capítulo aparte. Visita obligada si se viene al nacimiento del río Cuervo.
El ambiente nos pareció relajante y agradablemente campestre. El hotel tiene el aspecto de una pequeña aldea, con edificaciones aisladas incluyendo numerosos elementos de madera y decoración agradable y práctica. Están situadas en un precioso jardín, magníficamente cuidado y que contiene una gran variedad de plantas, arbustos, árboles y flores, que le dan aspecto de jardín botánico, por el que vale la pena pasear y entretenerse. El personal es muy atento y de trato agradable, y la comida, muy sabrosa, con platos típicos de la Serranía. La casa que ocupamos, de dos plantas para cuatro personas, era confortable, con un comedor y salón con televisión en la planta baja. Visitamos el Nacimiento del Río Cuervo y también los frondosos bosques cercanos con sus riachuelos y cascadas, de gran riqueza natural, a pesar de la reducción de caudales por la sequía y la época estival. Por último, disfrutamos inesperadamente de una agradable experiencia de observación astronómica desde las propias instalaciones del hotel. A pesar de existir viviendas cercanas, la contaminación lumínica era muy reducida y pudimos observar muchos objetos astronómicos de extrema debilidad. Nuestra experiencia fue sumamente grata y consideramos al hotel totalmente recomendable.
El hotel es muy particular, para bien.Las estancias son muy agradables. Buen trato por parte de la propiedad. Quizás un poco apartado del pueblo.
Descubrimos este agradable rincón a través de internet, y decidimos reservar para comer después de hacer una ruta de senderismo por la zona. La comida, casera y con un giro diferente. Comimos unos garbanzos guisados con verdura que estaban riquísimos, y unos canelones de jabalí con morteruelo que estaban exquisitos. El postre, una tarta de manzana, también fenomenal. El servicio atento y rápido, el entorno tranquilo y bonito, lo recomiendo!!