L'obrador - Altea

En una de las plazas con mayor encanto en el casco histórico de Altea, encuenrtras uno de los restaurantes más clásicos de Altea: El Obrador. Tienen una buena terraza en la misma plaza, la cual recomiendo siempre y disfrutar del ambiente de Altea con su gente local y viajeros paseando por las bonitas calles de Altea. Mis recomendaciones son muy variadas, pero los creppes y la pasta son mis preferidos. Eso sí el precio por persona es alto, unos 30 AC, pero merece la pena.

Es uno de esos sitios donde te sientes bien. De entrada te sientes bien recibido, aunque llegues por primera vez. El trato es amable y atento. El ambiente muy agradable porque es un restaurante dentro de una casa típica del pueblo, una casa con historia, de tres plantas y terraza. En verano se come también en la calle peatonal. La carta es bastante variada porque no sólo ofrece pizza y pasta como la mayoría de restaurantes del casco antiguo. La carne es buena, el bacalo estupendo, los crepes sensacionales (dulces y salados). Las raciones son abundantes y los productos se nota que son muy frescos. ¿Qué más pedir? En invierno abren también a medio día y hacen un arroz con bogavante exquisito.

Siempre que vengo a Altea intento guardar un día para cenar aquí. Me encanta su magret de pato. Te lo preparan con mermelada de frambuesa y mostaza, buenísimo. Y de picoteo una crepe camembert y pâté.

Carísimo y los camareros empeñados en que pudieras muchas cosas y además las más caras. Pedimos una pizza caprichosa que según ponía en los ingredientes llevaba aceitunas y es verdad que llevaba 1 sola aceituna verde. Pedimos una pizza alteana con morcilla y era una margarita con 3 trozos de morcilla y 2 ajos. El diámetro de las susodichas un poco más grandes que un plato de postre.La ensalada cesar constaba de unos trozos de lechuga un tomate partido en 4 trozos pollo y mucha salsa. 2 pizzas una ensalada más 2 copas de vino y agua 50 euros.

La peor experiencia que he tenido en un restaurante. Tuvimos que llamar a la policía porque se negaron a darnos hoja de reclamaciones (ni si quiera tenían). Tuvieron gestos groseros durante toda la cena y al final, después de pagar, cuando nos quejamos nos insultaron y nos mandaron literalmente a tomar por culo (palabras textuales del dueño y su mujer). Nos gritaron y nos querían echar del sitio por no querer irnos sin la hoja de reclamación. Casi todos los comensales eran amigos de los dueños (información proporcionada por el mismo dueño que alardeó de ello). Sin duda no recomiendo Este sitio, lamentable.