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Contribuisci feedbackUn sitio bonito que h cambiado a peor. Falta calidad y esmero. Te « echan » de comer. Antes era mucho mejor
Este restaurante pertenece a una de las múltiples casas rurales que hay en Molinaseca: El Palacio. Se encuentra frente a la playa fluvial y al puente romano, en la calle principal del pueblo. Es una gran casona de piedra con restaurante en la planta baja, al estilo mesón, y habitaciones en la planta superior, que además dispone de cuadras para caballos. El comedor es muy grande, rústico, con una chimenea en el centro del salón, y barra de bar en una de las entradas. Dado que Molinaseca es un importante enclave de la ruta jacobea, es lugar de paso obligado de peregrinos, así que la mayoría de restaurantes ofrecen un menú especial peregrino , que es una especie de menú del día, aunque se lo sirven a todo el mundo, sea o no peregrino. Había dos menús de peregrino, uno normal y otro especial. Pedimos el especial, en el que de primero había para elegir: Los típicos embutidos de Molinaseca, pulpo, y alguna cosa más. De segundos pedimos pechugas de pollo rellenas con jamón york y queso, churrasco, y escalopines al queso. Los postres eran caseros, natillas, tarta San Marcos. La comida estuvo bien, pero sin grandes pretensiones. Eso sí, barata, pues creo recordar que salió por 12€ por persona (pues era el menú especial, pero el normal era más económico).
Son unos impresentables. Ayer, nos sentamos a cenar en una de las mesas de la terraza y noté algo mojado y es que la silla estaba regada de vino tinto y claro manché todo el pantalón. No hubo ninguna reacción de disculpas por parte de los camareros que atendían o del dueño, no se me facilitó ningún producto de limpieza ni me dijeron nada. Tuve que entrar yo y pedirles si no tenían quitamanchas o algo y por fin me pasaron un bote. No me ayudaron en ningún momento, tuve que apañarmelas yo sola. Tampoco tenían un cepillo para limpiar el producto una vez seco. Para colmo llegó al rato otra señora y estuvo a punto de pasarle lo mismo porque cogió una silla también regada de vino, creemos que era la misma, que la habían apartado un poco. Tuvo suerte que le avisamos. No tratan con un mínimo de respeto al cliente, ni son profesionales. No se lo recomiendo a nadie.
La comida bastante bien grandes tapas y buena de sabor la verdad, pero el problema viene aquí dicen que los postres son caseros , no lo son para nada , son todos de mercados y no estan buenos 5,50 cada postre cuidado
Visitamos el restaurante porque admiten mascotas en el interior y es un dato muy importante para dueños que tienen perro. La carta que tienen no es muy extensa, puedes elegir rápido. Es cierto que me apetecía un plato de cuchara y no tenían nada al respecto. En cuanto a la comida la verdad que sin más, la ensalada estaba buena pero claro no deja de ser una ensalada. Mi plato de secreto estaba un poco seco y el entrecot estaba frío por dentro. No sé si es que no supimos elegir bien o no supieron aconsejarnos bien.