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Contribuisci feedbackLlamo a las 13:10 para reservar a las 14:30 y pregunto por el arroz caldoso, me dicen que si tienen Arroz con Bogavante caldoso o meloso. Perfecto, reservo. Llegamos a las 14:30, pedimos bebida y el arroz caldoso, y el camarero nos dice, “el arroz tarda 20-25 minutos, pero tengo que preguntar” vuelve y nos dice que estará a las 3:15 (45 minutos) porque “teníamos que pedirlo antes”…. Es decir que cuando llamé no me dicen nada de eso, y luego llegas y resulta que había que reservarlo, porque tienen infinidad de pedidos para llevar. Una cosa es hacerlo al momento (como en todos los restaurantes de arroz) y que tarden 20 minutos, vale. ¿Pero que me digan 45 minutos porque no lo pedí al reservar la mesa? Es absurdo, los arroces están bien, alguna vez hemos pedido para llevar, pero está claro que el negocio es el take away, y el cliente que reserva les da igual. Porque se los dije específicamente, pediremos un arroz caldoso, cuando reservé, me dijo perfecto, tiene su mesa a las 14:30 y sin más, como normalmente pasa en cualquier RESTAURANTE, que reservas, llegas y pides allí. Pero se ve que aquí tienen tantos pedidos para llevar que no es así, y no te avisan. Total que a las 14:30 tuvimos que buscar otro sitio donde hubiese sitio porque desde luego nos fuimos. Y para no volver, ni recomendar, de hecho recomiendo no ir, hay mil sitios, y el mal rato cuando vas con la idea, la ilusión y las ganas y de golpe te lo quitan no es para repetir.
Comimos siete personas de menú y a todos nos pareció muy mediocre. Ningún plato nos convenció para nada. Buen servicio y camareros amables. Lástima la comida...
David nos sugirió unas parrochas que estaban buenísimas, sin embargo las copas de vino nos las sirvieron muy escasas pero se lo comentamos a David y nos sirvió un poco mas.
ESPECTACULAR!!!! Estuvimos en una celebración privada, en un salón aparte donde los gerentes estuvieron pendientes de que todo saliera perfecto,todo fácil,
Zeppelin es uno de esos lugares de cabecera. Un lugar que ha construido amplia parroquia . Ayuda lo acogedor del edificio de piedra y ser el único de la avenida con terraza cerrada en jardín en su interior. Es un lugar para quedar, con sabor de sierra. El menú del día es extenso y atractivo, si bien la carta denota indefinición, con vocación de agradar a través de múltiples opciones sin posicionarse y de calidad justa, raciones en su mayor parte. Destaca el esfuerzo por posicionar los arroces, con espacio propio para ello. El (ab)uso de colorante para paella en su aspecto final, despierta un poco del sueño en la ambición por tenerse en cuenta como arrocería. El servicio es familiar con plantilla estable y agradable. Sorprende que posicionen en terraza al miembro del equipo (señor de bigote) que evidencia más dejadez e inconsistencias y, hasta un punto, actitud displicente. Trato inconsistente con la clientela. Confianzas con grupos de locales frecuentes e indiferencia selectiva con resto de clientela hasta resultar incómodo. Actitud de quién se siente intocable por afinidad con una selección de cliente frecuente. Una pena que permitan arruinar la experiencia y el esfuerzo de un local con plantilla con vocación de cariño por su clientela.
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